Algunas Series (7): Big Little Lies

Si tuviera que describir Big Little Lies en una sola escena, escogería aquella en que Celeste (Nicole Kidman), sentada en el balcón de su costoso penthouse con el atardecer de fondo, intentar encuadrar con su celular a sus hijos para tomarles la foto perfecta. No es la escena con la que abre el primer episodio, ni siquiera es la escena introductoria de estos personajes, pero encapsula una de las ideas más interesantes de la nueva miniserie de HBO.

Adaptada de la novela de Liane Moriarty, Big Little Lies gira en torno a una exclusiva comunidad escolar y la violencia latente entre apoderados compitiendo por la supremacía moral, hasta que las tensiones culminan con la muerte de uno de sus miembros. La contraposición entre los niños y los padres deja en evidencia la irracionalidad infantil de los adultos, con un efecto humorístico que nos permite catalogar a la serie como un “dramedy”, una de esas categorías híbridas contemporáneas que conjuga ambos géneros. El drama por supuesto, proviene de las situaciones particulares que incuban el violento desenlace.    

Lo primero que vemos es un evento social convertido en escena del crimen, anunciando que esta historia no tiene un final feliz. Pero inmediatamente vemos el encuentro de Madeline (Reese Witherspoon) y Jane (Shailene Woodley), ambas conduciendo a sus hijos al primer día de clases. La reconstrucción no-lineal de la amistad que desarrollarán Madeline, Jane y Celeste, sus rivalidades con la exitosa Renata (Laura Dern) y la insoportablemente querible Bonnie (Zoë Kravitz), además de las animosidades entre los esposos son interrumpidas por las declaraciones del resto de los apoderados y funcionarios del colegio. Testimonios que ilustran la imagen de aparente perfección que proyectan sus protagonistas. Y aunque el misterio termina siendo más o menos predecible, no le resta potencia a un relato cuya mayor virtud está en sus personajes y los vínculos trazados entre ellos.  

Un poderoso llamado a la sororidad, una elocuente exploración de la violencia hacia a las mujeres, una emotiva reflexión sobre la amistad y la comunicación, son todas interpretaciones atribuibles a la serie, que además fue concebida y co-producida por Kidman y Witherspoon. Pero regresando a la escena antes descrita, una de las aristas más potentes de la historia -y que le imprime la universalidad que la hace pertinente para un público más general- es la dicotomía entre la vida que proyectamos y la tenemos en realidad, potenciada claro por las plataformas virtuales. El verdadero secreto revelado en Big Little Lies no es la identidad de la víctima sino las grietas que sus protagonistas intentan desesperadamente parchar, y que son producto del dolor que finalmente las une.  

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Witherspoon insistió en que la dirección completa estuviese a cargo de Jean-Marc Vallée, con quien trabajó en Wild (2014). Y este aporta con un realismo que potencia el drama y se sostiene a pesar de la narrativa fragmentada. Construyendo una historia que vive de momentos y pequeños detalles, los gestos, las miradas y lo que no se dice hacen aparecer aquello que estas mujeres se empecinan por ocultar. La realidad es aquí eso que ensucia las selfies que terminan por ser desechadas.

Las locaciones son también protagonistas, hermosas casas que acentúan las distancias entre sus habitantes, cuya pulcritud esconde la violencia de la que son escenario y que en todos los casos, asfixian. Una ciudad costera que a pesar de la promesa tranquilizadora del buen clima y el idílico paisaje golpea con la bravura del mar y que es pesadilla recurrente de Jane. Todo registrado a través de una cámara móvil, inexacta, que intenta documentar el fracaso de la neurosis de sus protagonistas. Pero sin duda la historia que más se beneficia de este tratamiento es la de Celeste y su esposo Perry (Alexander Skarsgård), ambos actores con la pericia suficiente para sostener complejas escenas físicas. Gracias a la cámara de Yves Bélanger que es liviana y reacciona a lo que está ocurriendo, y la insistencia de Vallée por priorizar lo espontáneo a los movimientos ensayados, Skarsgård y Kidman tienen el espacio suficiente para desplegar las interpretaciones más importantes de la serie y que los ponen como serios contendores en los próximos premios Emmy.

Big Little Lies es una serie que atrapa por la intensidad emocional, pero que no por eso pasa por alto la importancia de una construcción afín. No es una serie perfecta, la conveniencia de ciertos acontecimientos aporta una nube de incredulidad que se combate con el cariño que no podemos dejar de sentir por sus protagonistas. Aunque tal vez su mayor logro sea probar que no todas las historias sobre mujeres terminan siendo exclusivamente para una audiencia femenina.

 

Título original: Big Little Lies. Año: 2017. País: Estados Unidos. Temporadas: 1. Episodios: 7 . Canal: HBO. Creador: David E. Kelley. Director: Jean-Marc Valleé. Fotografía: Yves Bélanger. Reparto:  Reese Witherspoon, Nicole Kidman, Shailene Woodley, Alexander Skarsgård, Zoë Kravitz, Adam Scott, Laura Dern, James Tupper, Jeffrey Nordling.