Pantógrafas (1): Locas mujeres, documental sobre Gabriela Mistral

Muchas hemos sido, al menos alguna vez, locas mujeres. La fervorosa, la ansiosa, la abandonada. Muchas hemos sido, alguna vez, locas mujeres. La que camina, la humillada. En esta especie de ampliación de lo femenino Gabriela, en sus poemas, nos presenta distintos tipos de mujeres. Todas tienen algo que decir, un mensaje o una imagen que entregar. Algo a qué referirse; una condición, un gesto, un oficio o algún rasgo psicológico. Hay algo de su poesía en las imágenes que vemos en este documental.

Lo primero que leí de Gabriela Mistral fue ese texto/ensayo que proponía Menos cóndor, más huemul. Lo encontré hermoso. A pesar de que lo escribió hace más de 80 años, su lectura me hizo sentido. Eso fue durante el 2012, pero ahora debo admitir algo: estoy pasando por una especie de sequía textual. Supongo que el verano me distrae. Me siento casi obligada a salir de la pieza; busco un lugar en el que me sienta cómoda y pueda trabajar. El invierno me quitó lecturas. Me quitó palabras, lenguaje, imágenes. Leer a Levrero acostada puede ser una gran experiencia. O no: quedé seca. En sequía textual. Lo primero que leí de Gabriela Mistral, fue ese texto/ensayo en primer año de universidad, durante el 2012. Porque sí, todos leemos a Mistral en el colegio. O si no la leemos, al menos escuchamos a la profesora de lenguaje recitando alguno de sus poemas con rima. Menos cóndor, más huemul (1925) fue lo primero que leí de Mistral; Lagar (1954) lo segundo.

Locas mujeres (2010), dirigida por María Elena Wood, es un documental chileno sobre la vida de Gabriela Mistral y Doris Dana. No por azar, comparte el título de una de las secciones de su libro de poesía Lagar. Locas mujeres relata y muestra cómo convivían, trabajaban y escribían ambas mujeres. Escuchamos sus voces conversando, vemos las cartas que se escribieron, cintas de video que grabaron, e incluso escuchamos a Gabriela Mistral cantar. Confesiones, intimidades, gatos y la naturaleza que rodeaba la casa donde vivían en Nueva York son parte de la atmósfera de afecto y cariño que genera el documental.

No tomaré nunca tu libertad. No te pediré nada”, escribe Gabriela a Doris Dana.

Doris Atkinson, además de ser sobrina de Doris Dana, fue la encargada de entregar a Chile el material literario que ordenó Dana luego de la muerte de Mistral. Atkinson es la guía de este documental, nos invita a hacer el recorrido por el archivo de memorias que construyeron en vida ambas mujeres. Atkinson cuenta que la relación de Doris y Gabriela estuvo marcada inicialmente por dos hechos fundamentales: el suicidio de Yin Yin (1925-1943), hijo de Gabriela, y el suicidio del padre de Doris. La sensación de pérdida y, a la vez, el hecho de cargar con estas muertes no accidentales generó un tipo de lazo especial entre ellas. El suicidio, una especie de muerte que suplica. Y el afecto, como respuesta a esa súplica.

Muchas hemos sido, al menos alguna vez, locas mujeres. La fervorosa, la ansiosa, la abandonada. Muchas hemos sido, alguna vez, locas mujeres. La que camina, la humillada. En esta especie de ampliación de lo femenino Gabriela, en sus poemas, nos presenta distintos tipos de mujeres. Todas tienen algo que decir, un mensaje o una imagen que entregar. Algo a qué referirse; una condición, un gesto, un oficio o algún rasgo psicológico. Hay algo de su poesía en las imágenes que vemos en este documental.

Yo no me merezco ese cariño suyo, y menos esa admiración”, escribe Gabriela Mistral en la primera carta enviada a Doris Dana en 1948, cinco años después de la muerte de Yin Yin. En la humildad del luto, nace el paso tímido e inicial de querer generar vínculo con un otro.

Es ella de vuelta, es ella de vuelta, cada vez la misma y otra”, escuchamos leer a Gabriela. De fondo a esta frase, maullidos de gato y la voz de Doris Dana resuenan también. Todos estos elementos forman parte, no solo del diálogo entre ambas mujeres, sino de una especie de sincronía entre las dos y el espacio que habitan. Escuchar sus voces crea la ilusión de que el espectador está ahí con ellas, en ese living de la que fue su casa en Estados Unidos. Escuchamos cómo trabajan en los poemas de Mistral; la labor de editar, reescribir o comentar ocurre allí. Como espectador, somos parte de la cotidianidad del hogar de dos mujeres que se demuestran una profunda admiración y cariño.

La misma arruga de la tierra ardiente

la conduce, la abrasa y la obedece

y cuando cae de soles rendida

la vuelve a alzar para seguir con ella.

Sea que ella la viva o que la muera

en el ciego arenal que todo pierde,

de cuanto tuvo dado por la suerte

esa sola palabra ha recogido

y de ella vive y de la misma muere.

Este fragmento del poema titulado “La que camina”, del libro Locas mujeres, podría leerse como una de las tantas cartas que escribió Gabriela Mistral a Doris Dana. O eso quiero imaginar. El tono de afecto de estos versos y, también, del documental dirigido por María Elena Wood, es una invitación a compartir y reintegrar el deseo, ya casi privilegiado, que tenemos algunos por retomar la intimidad. Porque “es ladrón todo aquel que disfruta sin entregar”; todo aquel que, en el fondo, no se atreve a nada.

Tranquila veo una grabación de video casera; Doris y Gabriela pasean por el patio. Caminan juntas. Afectuosamente. Ellas viven en un momento histórico donde aún era tabú el amor entre dos mujeres. Tranquila escucho sus voces; Doris habla en un español fluido y franco, Gabriela responde con seguridad. Conversan juntas. Afectuosamente. Veo cajas y cajas de cartas escritas por una mujer que creía en el lenguaje y las palabras, e imagino todas las cartas que nunca nos atrevemos a escribir. ¿Cuántas cartas, en total, hemos escrito? Prefiero pensar que al menos, como mínimo, hemos escrito un par. Porque ladrón de afectos, ladrón de deseos, lamentablemente, podría ser cualquiera de las personas que anda por ahí, afuera. A la espera.

Menos cóndor, más huemul fue lo primero que leí de Gabriela Mistral; Lagar lo segundo. Y ahora puedo agregar un mismo título para dos formatos que actúan como un íntimo y delgado hilo: Locas mujeres en poemas y Locas mujeres desde las imágenes del afecto.

 

Título original: Locas mujeres. Dirección: María Elena Wood. Guion: María Elena Wood, Rosario López. Casa productora: Wood Producciones S.A. Producción ejecutiva: Patricio Pereira. Fotografía: Gabriel Díaz. Montaje: Sophie França. Sonido: Miguel Hormazábal. Música: Camilo Salinas. País: Chile. Año: 2010. Duración: 77 min. Disponible en Ondamedia.cl