Film File (3): Color

Son muchas las herramientas que integran el llamado “lenguaje cinematográfico”, el cual a su vez reúne elementos de formas artísticas diversas: escala de plano y profundidad de campo vienen de la fotografía, sonido ambiente y música del arte sonoro, los movimientos de cámara son específicos al cine y la textura, luz y color provienen del arte pictórico.

El color, no estuvo presente en las películas desde sus inicios, ya que representó un desafío técnico primero colorear el negativo de celuloide y luego filmar directamente a color. Después de muchas fórmulas y técnicas diversas, las películas pudieron utilizar el color como una herramienta más para contar historias, caracterizar personajes o representar emociones y estados de ánimo.

Pero no todos los films hacen uso el color como una herramienta: hay muchos que simplemente lo consideran una parte más de la realidad que eligen filmar. En este tema, destacaremos una serie de películas que se atreven a utilizar el color como una herramienta relevante capaz de transmitir un mensaje.

El Mago de Oz (The Wizard of Oz, Victor Fleming, EEUU, 1939)

Esta película es uno de los iconos del uso del Technicolor, una técnica que permitió usar una gama de colores más brillante y completa en el cine, luego que múltiples fórmulas se experimentaran antes.

El acierto de El Mago de Oz es utilizar esta innovadora técnica para fines no sólo estéticos sino que narrativos, siendo esta escena en particular el mejor ejemplo de ello.

Luego de que su casa en la ciudad de Kansas - la cual vemos en blanco y negro - sea removida por un tornado, Dorothy sale al exterior para encontrarse con Oz, el mundo mágico, a todo color.

Puedes ver El Mago de Oz en Qubit en Latinoamérica.

Lola (Rainer Werner Fassbinder, Alemania, 1981)

El uso del color en el cine de Fassbinder se destaca por ser saturado, sobrecargado y muy significativo. En Lola, cada personaje tiene un color que lo representa y acompaña en cada uno de sus planos cuidadosamente coloreados.

El empresario Von Bohm es azul, Lola es rojo: en esta escena en particular, la figura de Lola sobre el escenario es bañada de una luz azul al notar la presencia del enamorado empresario. Sin embargo, cuando éste huye del cabaret, Lola vuelve a su color original: el rojo, de la pasión y la rebeldía, dos atributos a los que ella no renunciará por Von Bohm.

Trilogía Tres colores: Azul, Rojo y Blanco (Trois couleurs, Krzysztof Kieslowski, Polonia, Francia, 1994)

La trilogía Rojo, Azul y Blanco del gran cineasta polaco Kieslowski es una oda a Francia, ilustrada por los colores de su bandera. Historias independientes sobre tres mujeres y un hombre muy diferentes entre sí, conectadas por pequeñas líneas de guión que sin embargo no influyen en la narrativa principal de cada película.

El color que titula cada historia está presente en cada plano, a veces disimulado y otras con una insistencia total, influyendo y llevando el estado anímico de cada film.

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El Río (Le Fleuve, Jean Renoir, Francia, India, 1951)

“El Río y The Red Shoes son las películas a color más bellas que se hayan hecho jamás” afirmó Martin Scorsese en una entrevista para la edición de Criterion de esta película de Renoir, la primera que el director francés e hijo del pintor impresionista filmó a color.

India, el Ganges, con su vegetación tropical y los saris que visten las mujeres parecían a Renoir la excusa ideal para aventurarse al uso del color en el cine, una herramienta que permitiría mostrar fielmente la belleza de árboles, flores y la celebración del Holi, en la que usando pigmentos de colores se festeja la llegada de la primavera.

Puedes ver El Río en youtube.

La ciudad de los piratas (La ville des pirates, Raúl Ruiz, Portugal, Francia, 1983)

En esta película de Raúl Ruiz - y en tantas otras que componen su filmografía - un mundo onírico corre en paralelo al mundo racional, como una suerte de carretera vecina que en ciertos momentos se entremezcla y avanza en conjunto con la realidad.

La historia de La ville des pirates se sitúa en la costa, por lo que recurrentes imágenes del mar puntúan su relato, como una fuerza poética y poderosa que rodea a los personajes.

En contadas ocasiones, estas imágenes se tiñen de colores irreales: tal vez pertenezcan al mundo del inconsciente, quizás representan un mar cargado de extrañeza cromática o con vientos que anuncian algo mágico. Con Ruiz nunca se puede saber a ciencia cierta: sus universos oníricos y sus narrativas poéticas e irreverentes son muchas veces inexplicables, pero siempre cautivadoras.